Imaginen por un momento que me compro unos zapatos. Pueden pensar en sí son unos zapatos baratos o caros,y si son buenos o malos, pero eso depende más bien del resultado que den, ¿no?. Bueno pues pongamos que el que me los ha vendido tras regatearme en el precio me dice que son unos zapatos excelentes, resistentes y muy fiables. Vale, me lo creo. Bien, pues ya terminemos de imaginar diciendo que mis dos zapatos imaginarios son ambos para el pie izquierdo, y ahora, ¿qué cara se nos queda?. Podríamos argumentar eso de "son unos zapatos tan buenos, que uno de los dos se adaptará perfectamente a la forma del pie derecho". Pues ya tienen que ser buenos, oiga, tan buenos que no pueden ser baratos...
Pues mismo pasa en el Atlético con Costinha y Luccin. Son a priori tan resistentes, tan fiables, y tan defensivos, que directamente son iguales. ¿Y qué pasa cuando tienes un zapato de pie izquierdo puesto en el pie derecho? Pues que no se anda bien, o peor, no se anda.
Lleva el equipo varias temporadas sufriendo de inoperancia en el centro del campo, nadie manda en esa parcela, lo que obliga a abusar del recurso a las bandas y vuelve al equipo previsible. Ayer sin ir más lejos contra el Valencia, la segunda parte fue un monólogo de Petrov contra el muro. Se ha traído a Maniche para esa función, pero resulta que mientras se acomoda y no se acomoda (que me río yo de periodos de adaptación en equipos como el Zaragoza, vienen Ewerthon y Diego Milito, y a marcar goles...) pues tenemos a dos picapedreros como Costinha y Luccin, y eso si Maniche aporta algo efectivamente, pues oro parece, y Rosicky no es.
Es argumentable que ante un equipo como el Valencia hay que jugar con dos medios centros defensivos. Sí, pero siempre que no pierdas ya en el minuto 7 y que si tienes a dos tíos como Costinha y Luccin, cojan todos los rechaces. Que ni uno, que en la primera parte sólo se jugó en el fondo Norte. A Luccin se le supone un fuerte disparo fuera del área y a Costinha también, algo que vimos ayer una sola vez en todo el partido. Txomin Nagore ya hizo más en su día contra el Valencia, y se le supone peor que estos dos. Fuera de casa puede que sirva, pero en el Calderón hay que ir a ganar desde el minuto 1, y no salir con la empanada con la que salieron ayer.
Otro detalle: ¿Por qué año tras año nos empeñamos en atacar por las bandas y luego no trabajamos remates desde segunda línea?. ¿Es que eso no se entrena?. Ahora, difícil salida a Bilbao y la siguiente viene el Sevilla al Calderón, es un calendario para dar un puñetazo en la mesa y apretar, pero no mucho, porque incompetentes como Iturralde González y Medina Cantalejo se escandalizan porque Cañizares haga cuento, y vamos camino de salir a expulsión por partido, algo a lo que sin duda Costinha aportará mucho.
- Rico.
Costinha, Luccin, y la empanada centrocampista.
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1 comentario:
Sinceramente, espero que Maniche sea el zapato derecho que nos falta... por que si no en el mercado de invierno habra que rezar por que llegue un CEREBRO que buena falta nos hace...
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