Atlético-Sevilla: Alzheimer en el banco

El primer rival medio serio que ha tenido el Atlético en casa se ha llevado los tres puntos. El Sevilla es al fútbol como ese cliente ocasional de bar de barrio marginal que lleva años estudiando el bar para ver donde tiene que hacer el butrón y darte un día el palo. Ya no tienen el talento de antes, pero la experiencia la tienen intacta, y eso, con el entrenador que tenemos, les basta.

No hablo ya del cambio de Pablo por Pernía, aunque si te lesionas a los cinco minutos de salir a jugar lo mismo es porque tú o tu fisio no tenéis ni puta idea de calentar. De lo que sí que hablo es de que Aguirre no supo plantear el partido con cero a cero, y mucho menos con cero a uno. Con cero a cero, mucho toque, mucho Banega, pero poco desmarque porque el Sevilla estaba replegado atrás y poca velocidad para al menos hacerles correr. En Este equipo si no está Maniche nadie tira de lejos y si no está Simao ni Dios da un pase a derechas.

Con cero a uno, remar contra corriente, venga prisas y sin presencia en el centro del campo. Así al Sevilla le bastó con cerrar las bandas, dar duro pero discreto, y perder todo el tiempo que pudiese, sobre todo Palop, que quizá echa de menos el buen Whisky que se sirve en esta ciudad. Con un entrenador al que le vale el 0-1, y que utiliza los cambios para todo menos para meter revulsivos en el campo, no se puede ir muy lejos. Parece que no recordamos la bazofia de partidos de temporadas anteriores mientras nos empeñamos en repetirlos. Menos mal que ya está aquí la Champions, y la oportunidad de estar bien en al menos una competición.