El Atlético tiene hambre. Poco a poco van entrando más viandas a la mesa, tras temporadas famélicas. Comimos caviar y jabugo entre semana, ayer tocaron lentejas y jamón de bodega, pero jugando así nunca se tendrá el estómago vacío de puntos.
Hace unos años, era excepcional recordar festivales gastronómicos como éste, un 4-0 a la Real Sociedad, un 5-0 al Málaga, cosas así. El equipo no solía ganar con esta holgura, y por tanto tampoco tenía la confianza que dan este tipo de partidos, donde todos aportan, todos mojan, y todos se van a casa contentos. Si no estás con el agua al cuello es mucho más fácil preparar los partidos verdaderamente importantes, así que tras el traspiés de Valladolid era necesario, ganar, ganar, ganar y luego ganar para aspirar a algo verdaderamente importante en los próximos partidos, que es donde se puede ganar la Liga. En el resto, la Liga se puede perder.
En espera de esos partidos, las sensaciones son buenas. Aunque Forlán está lesionado, el Kun está en un momento dulce, y a saber cuantos goles de cabeza habrá metido ya este chico que nos trae el caviar. Sin contar con el que le anularon, y que de haber subido al marcador, habría hecho palidecer por su audacia a los robos de cartera que tienen lugar en el rastro. Ya nadie se acuerda o no quiere acordarse del gol que le metió al Recre con la mano, por algo será. Pero no es el Pichichi del equipo en la Liga, es Sinama, que a base de meter los goles fáciles (los que no deshacen un empate, se entiende) se puede hinchar este año y está cumpliendo con su papel de tercer delantero.
Maniche hace lo que esperaba de él cuando se le fichó. Ayer metió su gol por el único hueco que había, y recupera muchos balones. Ayer sin embargo le cayeron tres balones a contrapié y debería entrenar sus reflejos, porque cualquier dia una caída de culo suya nos puede meter en un lío.
El resto cumplió sin brillar en exceso. Eso tiene una lectura positiva, que hay margen de mejora, sobre todo con Maxi. Con el partido fácil. De las Cuevas se fabricó la mejor jugada desde que es rojiblanco para dejársela a Sinama. La jugada tiene su importancia porque sube la moral de la tropa. Además pudimos ver por fín a Banega, que salpicó (no me malinterpreten) al equipo de pases al hueco y profundidad, un arma que no teníamos. Y Sinama, otra vez para comerse el bocadillo.
Queda mejorar fuera de casa en Liga, donde yo creo que perdemos enteros, pero Getafe no es una plaza imposible y este equipo ya vive más de su capacidad de traer el pan a la mesa y menos de sus rachas. Parece que ya se sufre menos para comer caliente.
1 comentario:
Ultimamente vamos al mCalderón con esa sensación de antaño, de no dudar de la victoria sino de los que caeran.
Felciidades por tu sinceridad en el post anterior.
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